Los reclamos siguen siendo los mismos. Es impensado que en un equipo de mínimo 30 jugadoras haya únicamente 8 contratos. El dinero es poco. Lo ideal sería regirnos por algún convenio que nos respalde.

El fútbol femenino no tiene inferiores, eso te lo marca un montón. Nos falta tener divisiones inferiores. El masculino desde que son chiquitos pueden jugar al fútbol. Cambia mucho practicarlo desde chico que hacerlo a los 15 años que estás totalmente desarrollada.Nota

La idea de hacerlo profesional por parte de AFA está buena, pero están desamparando a clubes del ascenso, y en clubes como el nuestro, El Porvenir o Villa San Carlos. Con ese ingreso no alcanza y, en la mayoría de los casos, parte de la plata de las jugadoras hay que aportarla a los viajes, a los médicos o a los policías. Estamos lejos de ser profesionales, pero cerca de un verdadero cambio. Nota

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La igualdad de género y la posibilidad de practicar un deporte debió existir desde siempre. Hay que continuar la lucha por este fútbol femenino. Y que sea de una manera conjunta, que nos apoyemos entre todas las jugadoras. Aprovechar la visibilización de las redes sociales, estar más unidas que nunca, para que todas en todos los clubes tengamos las mismas condiciones y no quedarnos con estar en uno de los grandes equipos y conseguir logros individuales. Nota

La mayor carencia es la desigualdad que hay con respecto a los planteles masculinos. En primera A, ellos pueden vivir por y para el fútbol, en cambio las mujeres, en la misma categoría, cobran un viático. Pese a esto, casi todas tenemos trabajos aparte porque no nos alcanza para vivir.

Cambios a raíz de la semiprofesionalización.

Mejorar la disciplina.